NOS SERENAMOS
Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios. Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos. Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz durante 4 segundos. Después, dejamos ir ese aire mientras se hace el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un siseo bajo que dure todo lo que ellos puedan.
Se repite varias veces. Poco a poco vamos abriendo los ojos.
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN
ESCUCHAMOS
Al llegar el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en la misma casa.
De repente, un ruido fuerte, como si fuera un viento muy intenso, resonó en la casa. Y vieron unas llamas de fuego que se posaban sobre cada uno. Era el Espíritu de Dios.
Todos empezaron a hablar en distintos idiomas. Era como si Dios les mandase hablar con todo el mundo.
Entonces salieron a la calle. Jerusalén estaba lleno de personas de muchos lugares, de ciudades y países muy lejanos; y estaban sorprendidos, porque los amigos de Jesús hablaban en todos los idiomas, contando siempre las maravillas que había hecho Dios. (Hch 2, 1-11)
Hacemos silencio y nos preparamos para hablar con Dios.
Para ello nos sentamos cómodos y cerramos los ojitos.
Ponemos las manos en el abdomen y cogemos aire por la nariz durante 4 segundos.
Después, dejamos ir ese aire mientras se hace el sonido de la serpiente (sssssssssssssss), debe ser un siseo bajo que dure todo lo que ellos puedan.
Se repite varias veces. Poco a poco vamos abriendo los ojos.
EN EL NOMBRE DEL PADRE,
DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
AMÉN
Al llegar el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en la misma casa.
De repente, un ruido fuerte, como si fuera un viento muy intenso, resonó en la casa. Y vieron unas llamas de fuego que se posaban sobre cada uno. Era el Espíritu de Dios.
Todos empezaron a hablar en distintos idiomas. Era como si Dios les mandase hablar con todo el mundo.
Entonces salieron a la calle. Jerusalén estaba lleno de personas de muchos lugares, de ciudades y países muy lejanos; y estaban sorprendidos, porque los amigos de Jesús hablaban en todos los idiomas, contando siempre las maravillas que había hecho Dios. (Hch 2, 1-11)
REZAMOS JUNTOS
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros.
San José de Calasanz, san Faustino Míguez y beata Victoria Valverde, rogad por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
San José de Calasanz, san Faustino Míguez y beata Victoria Valverde, rogad por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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