SÁBADO SANTO

  

NOS SERENAMOS 

Nos ponemos en manos del Padre. Siéntate en una postura cómoda. 

Relájate... 

Os invitamos a cerrar los ojos y colocar nuestras manos sobre las piernas. Las piernas deben de estar derechas y los pies colocados en el suelo debajo de la mesa. La espalda recta sobre la silla. Nos mantenemos en calma, cogemos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca lentamente. Vamos a sentir paz en nuestro interior para dejarle sitio a Dios…

Cierra los ojos, deja al lado todo lo que te pueda distraer, al compañero, al ruido de fuera… Y ahora, escucha lo que Dios te quiere decir.


EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.

ESCUCHAMOS                                                  


Hoy es un día triste. 
Jesús está en el sepulcro y los cristianos confiamos en su resurrección. Es un día de espera y esperanza. Con su resurrección Él viene a darnos nueva vida.




REZAMOS JUNTOS


Jesús, 
tus amigos se fueron muy asustados cuando te
descubrieron vivo, pero tú les dijiste:
“Id a contar a todos lo que habéis visto: que no estoy muerto, que vivo resucitado”. Ellos se pusieron muy contentos porque te querían mucho. Yo también te quiero mucho, Jesús.





NOS DESPEDIMOS                                          

Madre Divina Pastora, ruega por nosotros. 

San José de Calasanz, San Faustino Míguez y Beata Victoria Valverde, rogad por nosotros. 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Comentarios