NOS SERENAMOS
Nos ponemos en manos del Padre. Siéntate en una postura cómoda.
Relájate...
Os invitamos a cerrar los ojos y colocar nuestras manos sobre las piernas. Las piernas deben de estar derechas y los pies colocados en el suelo debajo de la mesa. La espalda recta sobre la silla. Nos mantenemos en calma, cogemos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca lentamente. Vamos a sentir paz en nuestro interior para dejarle sitio a Dios…
Cierra los ojos, deja al lado todo lo que te pueda distraer, al compañero, al ruido de fuera… Y ahora, escucha lo que Dios te quiere decir.
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
ESCUCHAMOS
Hoy es un día triste.
Jesús está en el sepulcro y los cristianos confiamos en su resurrección. Es un día de espera y esperanza. Con su resurrección Él viene a darnos nueva vida.
REZAMOS JUNTOS
Jesús,
tus amigos se fueron muy asustados cuando te
descubrieron vivo, pero tú les dijiste:
“Id a contar a todos lo que habéis visto: que no estoy muerto, que vivo resucitado”. Ellos se pusieron muy contentos porque te querían mucho. Yo también te quiero mucho, Jesús.
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