NOS SERENAMOS
Nos ponemos en manos del Padre. Siéntate en una postura cómoda.
Relájate...
¡Buenos días! Empezamos nuestra oración y para eso, tenemos que estar atentos y relajados.
Vamos a hacer el ejercicio del avestruz: cerraremos los ojos poniendo la carita entre nuestras manos, como cuando el avestruz mete la cabeza debajo de la tierra. Allí dentro solo hay silencio y paz. Respiramos lentamente por la nariz. Ahora sí, mucho más relajados, podemos salir de debajo de la tierra y decimos:
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.
ESCUCHAMOS
Ayer domingo comenzaba un tiempo litúrgico muy especial para los cristianos/as: EL ADVIENTO. Y con él empezamos a contar los días hacia la Navidad.
Comenzamos diciendo:
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.
¡Levantemos la cabeza, estemos despiertos!
¡No se trata de evitar que nos durmamos, por supuesto que no! Lo que debes hacer es mantener tu corazón siempre dispuesto a amar, a recibir y a aceptar, pero muchas veces estamos adormilados, distraídos...
Para iniciar este camino hacia la Navidad te propongo subirte a un autobús...
Escuchamos con atención:
REZAMOS JUNTOS
Jesús,
llena mi corazón de ti,
vive en mí.
En el mundo donde vivo,
muchas personas
no piensan en ti.
Yo te conozco,
y todos los que me encuentre
podrán sentir
la alegría de tu presencia conmigo.
Mi vida será un canto de alegría,
porque viviré mi vida
sin olvidarte jamás.
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