NOS SERENAMOS
Nos ponemos en manos del Padre. Siéntate en una postura cómoda.
Relájate...
Os invitamos a cerrar los ojos y colocar nuestras manos sobre las piernas. Las piernas deben de estar derechas y los pies colocados en el suelo debajo de la mesa. La espalda recta sobre la silla. Nos mantenemos en calma, cogemos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca lentamente. Vamos a sentir paz en nuestro interior para dejarle sitio a Dios…
Cierra los ojos, deja al lado todo lo que te pueda distraer, al compañero, al ruido de fuera…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Jesús, tus palabras iluminan mi vida
y me ayudan a ser mejor.
Voy a escuchar muy bien el Evangelio
y a estar muy atento para conocerte mejor.
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