Se les dice que hoy vamos a comenzar el día dándonos un abrazo. Cada alumno da un abrazo al compañero que tiene al lado.
Mientras estamos todos abrazados vamos a respirar 3 veces todos juntos. De forma profunda.
Mientras estamos todos abrazados vamos a respirar 3 veces todos juntos. De forma profunda.
Nos ponemos en manos del Padre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...
Su infancia fue tranquila. Su mayor riqueza, la fe. Cada tarde, Dios se hacía presente en su hogar con la oración familiar.
En este ambiente de familia y fe echó raíces la futura espiritualidad del Padre Faustino: el amor a María.
Podemos empezar hoy el día dándole gracias a Dios por cada una de nuestras familias.
No son como las del Padre Faustino. Ni mejores, ni peores. Simplemente, diferentes.
No son como las del Padre Faustino. Ni mejores, ni peores. Simplemente, diferentes.
En un ratito de silencio, hablamos con Dios sobre la nuestra.
El amor a María es uno de los rasgos más característicos de la espiritualidad Calasancia.
María, DIVINA pastora, guía, protege y orienta nuestra vida.
Por eso le rezamos juntos en esta mañana, como hacía cada día el PADRE FAUSTINO.
A Ti, Divina Pastora,
que eres Madre del Señor,
Que eres colaboradora en la construcción del Reino de Dios.
Hoy te ofrecemos, Señora, esta pequeña oración,
para que tú la recojas y la presentes ante el Señor.
Y, para terminar, ¡cantamos juntos!
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros…Beata Victoria, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
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