NOS SALUDAMOS
Dios es el amigo que nunca nos falla y quien nos da la fuerza y el amor para vivir nuestra vida como buenos cristianos.
El pequeño Óscar llegó a casa después de la clase del catequesis y se acercó a su madre para preguntarle:
-¿Me podrías ayudar?
-¿Ayudar a qué? –Preguntó la madre-
-Se me hace difícil entender eso de que Dios es uno y tres al mismo tiempo.
La mamá se quedó pensativa y luego le comentó a su hijo que ella tampoco había podido comprender totalmente la Santísima Trinidad. Los dos seguían hablando del tema cuando llegó la abuela.
-¿Cómo está mi pequeño Óscar? ¿Cómo te fue mi querida hija?
-Estamos tratando de comprender mejor algo del catecismo
-¡Eso me interesa! Dijo la abuela.
Mientras conversaban, tratando de ayudar a comprender a Oscar, llegó la noche. De pronto una de las bombillas de la sala se fundió y de inmediato la madre de Oscar fue a la bodega a por otra para reemplazarla. Cuando la abuela vio la bombilla en la mano gritó con alegría:
-¡Ya lo tengo!. Ya sé como ayudar al niño para que comprenda la Santísima Trinidad.
-¿Cómo? –preguntó inquieta la madre-.
-Ya lo veréis –dijo la abuela, mientras le pedía a Óscar que se acercara.
Entonces le preguntó al niño:
-¿Qué tengo en mi mano?
-Una bombilla.
La abuela muy animosa movió la cabeza afirmativamente. Después, la colocó en el lugar del que se había fundido y dijo: “¡Tenemos una bombilla!”.
Moviendo el interruptor logró que se encendiera. Espero unos cuantos segundos, cogió en sus brazos a Oscar y le pidió que pusiera su pequeña mano cerca de la bombilla. Después le dijo:
– Yo no soy muy buena para explicar estas cosas pero creo que esto te podrá ayudar.
Tenemos un solo Dios en tres personas distintas. Me imagino que es algo así como esta bombilla que es una, pero al mismo tiempo es fuente de luz y de calor.
Continuó explicándole:
– Dios Padre sería como esta bombilla que origina lo demás. Dios Hijo sería como la luz que surge de esa bombilla, que aunque surge de ella es distinta y llega a los rincones de este cuarto. Finalmente, con tu mano pudiste sentir el calor que surge de la bombilla y que poco a poco calienta esta habitación. El calor no es la bombilla, ni tampoco la luz de de la bombilla. Es algo distinto que surge de ella y de la luz. El calor sería como el Espíritu Santo que procede de Dios Padre y de Dios Hijo.
El niño y la mamá se quedaron con la boca abierta por la explicación, pero tuvieron que reconocer que la abuela se había esforzado por ayudarles a comprender. Entonces los dos juntos aplaudieron y le dijeron:
-Ahora sí que se te encendió la bombilla , abuela!!
-¿Me podrías ayudar?
-¿Ayudar a qué? –Preguntó la madre-
-Se me hace difícil entender eso de que Dios es uno y tres al mismo tiempo.
La mamá se quedó pensativa y luego le comentó a su hijo que ella tampoco había podido comprender totalmente la Santísima Trinidad. Los dos seguían hablando del tema cuando llegó la abuela.
-¿Cómo está mi pequeño Óscar? ¿Cómo te fue mi querida hija?
-Estamos tratando de comprender mejor algo del catecismo
-¡Eso me interesa! Dijo la abuela.
Mientras conversaban, tratando de ayudar a comprender a Oscar, llegó la noche. De pronto una de las bombillas de la sala se fundió y de inmediato la madre de Oscar fue a la bodega a por otra para reemplazarla. Cuando la abuela vio la bombilla en la mano gritó con alegría:
-¡Ya lo tengo!. Ya sé como ayudar al niño para que comprenda la Santísima Trinidad.
-¿Cómo? –preguntó inquieta la madre-.
-Ya lo veréis –dijo la abuela, mientras le pedía a Óscar que se acercara.
Entonces le preguntó al niño:
-¿Qué tengo en mi mano?
-Una bombilla.
La abuela muy animosa movió la cabeza afirmativamente. Después, la colocó en el lugar del que se había fundido y dijo: “¡Tenemos una bombilla!”.
Moviendo el interruptor logró que se encendiera. Espero unos cuantos segundos, cogió en sus brazos a Oscar y le pidió que pusiera su pequeña mano cerca de la bombilla. Después le dijo:
– Yo no soy muy buena para explicar estas cosas pero creo que esto te podrá ayudar.
Tenemos un solo Dios en tres personas distintas. Me imagino que es algo así como esta bombilla que es una, pero al mismo tiempo es fuente de luz y de calor.
Continuó explicándole:
– Dios Padre sería como esta bombilla que origina lo demás. Dios Hijo sería como la luz que surge de esa bombilla, que aunque surge de ella es distinta y llega a los rincones de este cuarto. Finalmente, con tu mano pudiste sentir el calor que surge de la bombilla y que poco a poco calienta esta habitación. El calor no es la bombilla, ni tampoco la luz de de la bombilla. Es algo distinto que surge de ella y de la luz. El calor sería como el Espíritu Santo que procede de Dios Padre y de Dios Hijo.
El niño y la mamá se quedaron con la boca abierta por la explicación, pero tuvieron que reconocer que la abuela se había esforzado por ayudarles a comprender. Entonces los dos juntos aplaudieron y le dijeron:
-Ahora sí que se te encendió la bombilla , abuela!!
REZAMOS JUNTOS
Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo
Como era en un principio, ahora y siempre
Por los siglos de los siglos.
Amén.
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