NOS SALUDAMOS
Él siempre supo que en María tenía una madre que nunca le iba a abandonar y confiaba plenamente en ella, incluso en los momentos más difíciles de su vida. Todos los días, desde muy pequeño, le dedicaba un ratito para hablar con ella, le rezaba... De San Faustino nos gusta su vida sencilla, su estilo de vivir alegre, su manera de ser amigo de Jesús y de María. ¿Os gustaría ser tan bueno como él? Seguro que la mayoría ya lo sois; y él y nuestra mamá del cielo, la Virgen MARÍA estarán muy orgullosos.
¡Juntos cantamos, con alegría a la Virgen!
Ayúdanos, María Divina Pastora,
hoy y siempre
a ser generosos y serviciales.
A esforzarnos por aprender
y a ayudar en todo lo que podamos. AMÉN
Comentarios
Publicar un comentario