NOS SALUDAMOS
¡MUY BUENOS DÍAS A TODOS!
NOS SERENAMOS
Siéntate en una postura cómoda.
Relájate. Cierra los ojitos si te apetece.
Pon la manita en el corazón.
Haz tres respiraciones profundas.
Ya puedes abrir despacito los ojos.....
Dios te escucha.
ESUCHAMOS
“Maestro, haz que pueda ver” Mc 10, 51.
Para pensar:
El protagonista de la cita estaba ciego, sus ojos no podían ver, pero fue sanado por alguien que le tendió la mano. ¿Quién fue?
¿Y qué curó la vista de Bartimeo? La Fe hace milagros y mueve montañas.
Y a ti… ¿la Fe te mueve? ¿Cómo ayudas a los que te necesitan? ¿Les tiendes la mano cómo hizo Jesús?
REZAMOS
Aquí estoy Padre Dios
dispuesto a abrir mis manos,
para parecerme a Jesús
y al Padre Faustino
y al Padre Faustino
para levantarlas con alegría
para amar de corazón
para ayudar y dar
la mano a todos.
Bendice mis manos, Padre Dios.
Comentarios
Publicar un comentario