EL PODER DE LOS ABRAZOS

 

NOS SALUDAMOS                                               

                      ¡MUY BUENOS DÍAS A TODOS!


NOS SERENAMOS                                                

Siéntate en una postura cómoda. 

Relájate. Cierra los ojitos si te apetece.

Pon la manita en el corazón.

Haz tres respiraciones profundas. 

Ya puedes abrir despacito los ojos.....

Dios te escucha. 

NOS PREPARAMOS                                         

Saludamos, como cada mañana, a nuestro gran amigo Jesús....  ¡Haciendo la Señal de la Cruz!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo....  AMÉN.

                                                                            

Seguro que lo que más echamos en falta en nuestro día a día es el darnos un montón de abrazos. Ahora tenemos que ser muy cuidadosos, pues el coronavirus, aunque no lo veamos, sigue por aquí. Hemos cambiado el abrazo por el choque de codos.


Pues lo mismo que un abrazo, el choque de codos, puede ser de alegría, para alegrar a alguien que está triste, para celebrar, para pedir perdón …

Los abrazos, aunque quizás no lo sepamos, tienen un gran poder ¿sabéis cuál es? Sin duda, el gran don de los abrazos es hacer un poquito más feliz a quien lo da y lo recibe. Cuentan que existen pocas cosas que tengan un poder tan rápido. Y lo mejor de todo, es que es un poder que podemos tener todos siempre que queramos.

Ha sido una semana muy intensa, nos hemos vuelto a encontrar, todo ha empezado de nuevo y hemos vivido ya muchos momentos juntos. 

Vamos a pensar en alguien  a quien querríamos dar un abrazo por cualquier motivo: para darle las gracias, pedirle perdón, porque nos apetece. Piénsalo en silencio y cuéntale a Jesús a quién te gustaría dar un abrazo. 







REZAMOS JUNTOS                                            

               Aquí estoy Padre Dios

                          Dispuesto a abrir mis manos. 

                Para parecerme a Jesús y al Padre Faustino.

¡Para levantarlas con alegría!

¡Para amar de corazón!

¡Para ayudar y dar la mano a todos!

Bendice mis manos Padre Dios.




NOS DESPEDIMOS                                            

Madre Divina Pastora, ruega por nosotros. 

San José de Calasanz, san Faustino Míguez y beata Victoria Valverde, rogad por nosotros. 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

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